miércoles, 28 de octubre de 2009

EDUCACIÓN Y LIBERTAD

Viviana Beatriz Robledo

La deserción escolar al inicio del Ciclo Superior

El presente trabajo pretende reflexionar a partir de un problema educativo: la deserción escolar al inicio del Ciclo Superior. Se trata de pensar en términos filosóficos sobre los distintos aspectos involucrados en esta cuestión.
Al principio la búsqueda de respuestas se centra en los jóvenes protagonistas de esta problemática. Cuando estos desisten de continuar sus estudios, ¿tienen definido un proyecto de vida? ¿Ese proyecto es real o ideal? Luego la crítica se posiciona fuera de los jóvenes: en la realidad y sus instituciones. Se buscan las causas últimas en el sistema educativo, en la familia y en los medios de comunicación.
Se proponen reflexiones personales para culminar en conclusiones sobre las razones últimas que llevan a los jóvenes a abandonar los estudios iniciados.

Pensar a la educación como un proceso implica considerar la importancia del factor tiempo. Aunque el pasado y el presente tienen protagonismo en la educación, ésta “...por naturaleza, trabaja con el futuro” (1).
Principalmente al ser “una preparación para...”, “una tendencia hacia...” fundada en el inacabamiento, la perfectibilidad, la educabilidad del hombre” (2).
El proceso de educación –dinámico, dialéctico, prospectivo- puede pensarse “...como una programación del futuro, y como la realización de un proyecto de hombre y de sociedad” (3).

Una de las características de la persona humana inacabada, en el sentido de poder perfeccionarse. Sobre nosotros, pesa nuestro pasado, pero también el futuro o el proyecto de vida. “A cada instante somos lo que fuimos y somos lo que queremos llegar a ser…” (4). Desde esta perspectiva del tiempo, muchos jóvenes temen tomar decisiones que limiten su libertad. Son incapaces de tomar decisiones decisivas” (5). Estos reflejan un tipo de persona que: “Parecería quedar siempre abierta y libre constantemente para cambiar de proyecto de vida, cree – y entiende equivocadamente- que si hace decisiones de por vida, monolíticas, se esclaviza a esas decisiones.” (6)

Algunos jóvenes ven en la Educación Superior una serie de circunstancias a las que no están habituados: nuevas obligaciones, responsabilidades, comportamientos, actitudes, etc., constituyen una realidad para la cual no están preparados. Están inmersos en un mundo dominado por la tecnología, en el cual se “…estimulan las emociones, los sentimientos y la afectividad en contraposición con la lectura crítica que estimula la racionalidad y la reflexión” (7). Hay una falta de adaptación de estos estudiantes al nuevo entorno y una pretensión de que el entorno se adapte a ellos , y no a la inversa. Ante el fracaso en tal demanda se apartan del nuevo medio educativo.
Pareciera faltar en estos jóvenes una visión de futuro, de proyección a largo plazo, más allá de la realidad de la vida cotidiana. Y en esto juega un rol primordial la sociedad a través de sus medios de comunicación. Esta exhibe los fines deseables y no menciona los medios necesarios para su logro. Así, muchos jóvenes tienen la idea equivocada de que el interés por una carrera elimina todo el esfuerzo.

Muchas veces las familias contribuyen a esto, no cumpliendo el papel que deberían en ese momento crucial en la vida de los jóvenes. Un papel de sostén efectivo ante las dificultades y de ayuda en la búsqueda de respuestas ante las dudas. No sólo no los acompañan en el presente, sino que no los ayudaron en el pasado a prepararse para afrontar este nuevo desafío.
Tampoco el sistema educativo, con sus deficiencias , contribuye a paliar este problema. El Nivel Medio no los prepara para que logren un buen desempeño académico y el Nivel Superior sólo exige que asuman el rol de estudiantes de ese nivel. Estos jóvenes no tienen asimilados ni métodos ni hábitos de estudio. Sumado esto a un bajo nivel intelectual que contrasta abiertamente con lo que de ahí en más se le exige al alumno, trae como consecuencia un alto nivel de deserción.
¿Por qué se llega a esta situación año tras año? Sin duda hay muchas razones particulares que llevan a este desenlace , pero es posible argumentar algunas razones generales.
Una primera conclusión podría ser que los jóvenes desisten de la Educación Superior por temor. Ellos temen esclavizarse a un proyecto de vida al elegir una carrera universitaria. Pero no se deja de ser libre al optar por la educación, porque “la primera práctica liberadora que aparece es la educación…la educación en su sentido más profundo, es el modo más eficaz de redención y liberación respecto de toda situación y opresión…” (8). Y la carrera elegida, en el mundo laboral actual, se va redefiniendo permanentemente, mediante especializaciones sucesivas, postgrados que la van reorientando, y experiencias laborales. Se va construyendo a lo largo de la vida.
Desistir de la educación, en cambio, afecta un tipo de libertad, la libertas a miseria (Fernando Savater), que consiste en resguardarse contra la tiranía de las necesidades que se nos impone, entre otras cosas en forma de ignorancia.
“Uno de los ingredientes más perversos de la miseria, permítame que insista en él, es la ignorancia. Donde hay ignorancia, es decir donde se desconocen los principios básicos de las ciencias, donde las personas (…) carecen de vocabulario para expresar sus anhelos y su disconformidad, donde se ven privados de la capacidad de aprender por sí mismos lo que les ayudaría a resolver sus problemas, viéndose en manos de brujos o adivinos que no comparten las fuentes teosóficas de su conocimiento… ahí reina la miseria y no hay libertad” (9).
Una segunda conclusión saca a la luz características de la sociedad que influyen en los intereses, expectativas, rendimientos y formas de comportamiento de los individuos, flamantes estudiantes de Nivel Superior. Por conformismo social, esos jóvenes abandonan los estudios superiores al poco tiempo de iniciados. Porque la educación es cambio. Una educación para el futuro”…no puede constituirse si no es sobre el rechazo de una concepción estática de la realidad, por un lado, y por otro, de una pasiva adaptación de los individuos a la realidad dada” (10).
Los que ingresan a la universidad deben “transformarse” en alumnos universitarios. Porque elegir lo que a uno le gusta no significa que no tendrán que hacer esfuerzos para estudiar, que todas las materias le resultarán interesantes o que ya en los primeros años estarán trabajando en el campo específico.
Muchos jóvenes fracasan por “carecer de “: carecen de límites, de conciencia de responsabilidad, de capacidad de concentración y de hábitos de estudio. Estos jóvenes se adaptan a las nuevas exigencias o quedan fuera del sistema. Y esa segunda opción, es la más frecuente.
¿Qué hacer para revertir esta situación? Los jóvenes deberían asumir la utopía, entendida como proyecto de futuro. Porque “la utopía constituye un necesario elemento dinamizador de la realidad social y educativa, que convierte la marcha hacia el futuro en un verdadero compromiso con el presente. Un compromiso que ha de implicar la esperanza de transformar el hombre de hoy en el hombre más pleno del porvenir” (11).
(1) NASSIF, RICARDO. Teoría de la Educación. Cincel. Bs. As. 1986, p.262.
(2) NASSIF. Op. Cit.
(3) NASSIF. Op. Cit.
(4) MANDRIONI, HECTOR. Conferencia “El hombre como persona”.
(5) MANDRIONI. Op. Cit.
(6) MANDRIONI. Op. Cit.
(7) CARDOZO, MARIA GLADYS. Reflexiones sobre la crisis en la educación. El LIBERTADOR. Corrientes, 31 de marzo de 2003. pág. 12.
(8).FERNANDEZ, ALEJANDRA.”Los aportes de la tecnología de la liberación… Contribuciones filosóficas para la Educación”.
(9) SAVATER, FERNANDO. El valor de educar. Editorial Ariel. Pag.173.
(10) NASSIF.Op. Cit. Pag. 268.
(11) NASSIF.Op. Cit.

BIBLIOGRAFÍA

Ø CARDOZO, MARIA GLADYS. Reflexiones sobre la crisis en educación. EL LIBERTADOR. Corrientes, 31 de marzo de 2003


Ø FERNANDEZ, ALEJANDRA. “Los aportes de la tecnología de la liberación… Contribuciones filosóficas para la Educación”.


Ø MANDRIONI, HECTOR. Conferencia “El hombre como persona”.



Ø NASSIF, RICARDO. Teoría de la Educación. Cincel. Bs. As. 1986


Ø SAVATER, FERNANDO.El valor de educar. Editorial Ariel.


Viviana Beatriz Robledo
Profesora Universitaria en Relaciones Internacionales. Licenciada en Relaciones Internacionales.
Ha ejercido la docencia en las siguientes cátedras (ISFD "Ernesto Sábato")
o Nivel I, II y III. Capacitación en Idioma Inglés.
o Geografía Turística Argentina, Inglés I y II. Carrera: Tecnicatura Superior en Turismo.
o Inglés Técnico. Carrera: Tecnicatura Superior en Informática Aplicada.

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